¿Qué estás buscando?

Noticias

El delfín franciscana: del Mar Argentino al mundo

En Febrero circularon en las redes sociales y en medios locales una serie de fotos y videos que muestran a un grupo de turistas manipulando unos delfines franciscanas, en la ciudad balnearia de Santa Teresita. Aparentemente, uno de estos delfines habría muerto. Vida Silvestre se hizo eco de esta noticia para informar a la población sobre esta especie autóctona de nuestro país y el mensaje llegó a los medios nacionales y luego a los principales medios de todo el mundo, incluyendo BBC, ABC, Time, IFL Science, Daily Mail, Telegraph, entre otros.

En Febrero circularon en las redes sociales y en medios locales una serie de fotos y videos que muestran a un grupo de turistas manipulando unos delfines franciscanas, en la ciudad balnearia de Santa Teresita. Aparentemente, uno de estos delfines habría muerto. Vida Silvestre se hizo eco de esta noticia para informar a la población sobre esta especie autóctona de nuestro país y el mensaje llegó a los medios nacionales y luego a los principales medios de todo el mundo, incluyendo BBC, ABC, Time, IFL Science, Daily Mail, Telegraph, entre otros.

La franciscana, o delfín del Plata, es uno de los delfines más pequeños y raros del mundo. Su piel, de tonos marrones, que recuerda al hábito de los monjes franciscanos, por lo que recibe ese nombre común. Sólo se lo encuentra en Argentina, Uruguay y Brasil. En nuestro país vive principalmente en las costas de la provincia de Buenos Aires, donde se cree que quedan menos de 30.000 individuos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la considera una especie vulnerable. Por estas razones, es una especie prioritaria para Vida Silvestre, que hace más de 10 años trabaja junto a diferentes instituciones en la protección de estos animales.

El principal problema de las franciscanas es la captura incidental en redes de pesca: por años unos 500 a 800 delfines son capturados anualmente en las redes agalleras de los pescadores de la Provincia de Buenos Aires. Las hembras cuidan a su única cría por uno o dos años. Sin la madre, la cría puede desorientarse y morir. En el verano, época de reproducción, encontrar una franciscana en la playa no es algo infrecuente. Gracias al trabajo de Vida Silvestre y Aquamarina se encontró la manera de que estos delfines eviten las redes de pesca. Sin embargo, es necesario seguir trabajando con los pescadores y demás miembros de la comunidad para la conservación de esta especie. Es fundamental que todas las personas sepan que existe este animal tan raro, que sólo se encuentra en esta región del planeta, y  que está en una situación delicada, para que al encontrarse con un ejemplar colaboren para rescatarla: cada franciscana cuenta.

¡COMPARTILO! Ayudanos a difundir el mensaje